El domingo 17 de agosto, celebrábamos nuestro primer "Día del Programa" con una misa de acción de gracias y un almuerzo especial por todos nuestros estudiantes, sus familias, amigos y amigas del programa y nuestros colaboradores. Fue un día muy especial, una ocasión para compartir juntos el sueno y la realidad que es el Programa Nuestro Ahora. Abajo, Celsa Gomez escriba un poco sobre el dia tan especial. Recibimos casi 50 visitantes de cerca y lejos, de San Salvador, San Vicente, Sonsonate, La Libertad, California y Massachusetts entre otros lugares. Queremos dar las gracias muy sinceramente a todos y todas quien nos brindan apoyo. Es por ustedes que el Programa sigue creciendo y ayudando los y las jóvenes, el futuro de El Salvador. . .
Hola a tod@s. Espero que estén bien. Me alegra dirigirme a ustedes nuevamente para compartir las alegrías y bendiciones de parte de nuestro Creador.
Este domingo fue de mucha alegría. Fue la primera misa del Programa Nuestro Ahora donde estuvimos reunidos, amigos y familiares. Compartimos El Banquete espiritual del Reino de Dios, las lecturas y el evangelio que nos hacer reflexionar para seguir firmando nuestras metas.
Después de la misa compartimos un almuerzo. En tod@s había una sonrisa de alegría y felicidad. Para mi fue un éxito participar en la misa y ayudar a los amigos para esta gran actividad que recordamos. Siempre es un mes especial porque también se celebra el nacimiento de Monseñor Romero. También recordamos la memoria de las Hnas Jean, Dorotea, Ita y Maura que siempre estarán presente como compañeros en nuestro camino de sus ejemplos para la dignidad y justicia que cada uno necesitamos en este mundo.
Agradecimientos a tod@s los colaboradores, el Comité Local de El Salvador y la Junta Directiva de Estados Unidos por el apoyo incondicional que nos brindan.
Al igual los agradecimientos para Padre Mark Ravizza, SJ por celebrar La Sagrada Eucaristía y por su compartimiento espiritual y a los amigos y familiares de las estudiantes por acompañamiento de esta inolvidable alegría.
Para tod @las bendiciones y alegrías profundas de Nuestro Señor.
Hasta luego,
Celsa.
